Había contado muchas mentiras a otras personas, y también a mí mismo. Esta era, tal vez, la más grande de todas. Emahla está viva. Te está esperando. Necesita que la rescates. Era lo único que hacía que me levantase por la mañana, lo único que me impedía darme por vencido y entregarme al mar Infinito o al Ioph Carn. Sentí que me flojeaban las piernas y se me doblaban las rodillas. —Mefi —susurré. Enseguida acudió, lo tuve a mi lado ya antes de que me brotasen las lágrimas. Me abracé a su pelaje con tanta fuerza que hasta debí de hacerle daño. Pero no se movió, permaneció firme como un enebro
...more