Ella es una. Estas personas son muchas. De pronto me inundó algo terrible que venía sintiendo desde hacía tres días. —¡Me importan un bledo estas personas! Yo no les importo a ellas salvo por lo que puedo hacer. No me conocen. Emahla sí me conoce. Me ama, y yo nunca la he decepcionado tanto tiempo. Mefi no desvió la mirada ni se apartó. —Yo te conozco.