Hasta que comencé mi trabajo interior y pude ver que esa incomodidad era la misma que sentía mi niña cuando la halagaban, y que el miedo a salir sola y vestir bien, como deseaba, se vinculaba con el miedo de provocar situaciones indeseadas, con la culpa que sentía mi niña y el juicio que había hecho sobre mí, hacía mucho tiempo atrás.