Kindle Notes & Highlights
Read between
February 7 - February 11, 2023
Cuando nuestra mente adulta le quita importancia a todo lo que esa niña o niño vivió, y deja de lado las emociones y conceptos que esa niña o niño fue formando de sí mismo, es cuando perdemos nuestra conexión, y comenzamos a creer que la vida es una lucha.
Lo que ahora puedo ver es que en el momento en que mi niña empezó a sentir que su cuerpo era un problema, empezó a rechazarlo y a sentir que no merecía disfrutar con naturalidad de él,
Hoy veo que lo que toda esa situación venía a mostrarme era que meterme en una caparazón no era la forma de afrontar la vida, debía reconocer que lo que sentía era solo una aparente seguridad, que todo lo que hacía era acentuar mas el rechazo hacia mi cuerpo y mi no aceptación.
Hasta que comencé mi trabajo interior y pude ver que esa incomodidad era la misma que sentía mi niña cuando la halagaban, y que el miedo a salir sola y vestir bien, como deseaba, se vinculaba con el miedo de provocar situaciones indeseadas, con la culpa que sentía mi niña y el juicio que había hecho sobre mí, hacía mucho tiempo atrás.
Los conceptos de mi misma son los que se formaron a partir de la ausencia de esa realidad, o de la creencia de que algo de esa realidad me perjudicaba.
La realidad de niña observada y aplaudida, al desaparecer formó el concepto de persona ignorada y desaprobada.
La realidad de ser una niña independiente y capaz, al mezclarse con el miedo a fallar y la auto-exigencia, formó el concepto de persona dependiente e insegura.
empezaba a asumir una responsabilidad que no me correspondía, ser perfecta para no contribuir al malestar que percibía. Y esa perfección desde mi exigente postura era muy pocas veces lograda. Cualquier berrinche o mala contestación de mi parte, si ocasionaba malestar en los adultos, ya eran motivo de un auto-castigo mental por haber fallado.
Aún somos niños, atrapados en un cuerpo adulto, ignorados por una mente adulta, que quiere jugar a ser grande, sin saber que no se puede ser grande si no aceptamos y amamos a nuestro niño.
Cuando comprendemos que lo que hacemos, lo hacemos por nosotros y no por el otro, podemos sacarle esa gran responsabilidad al otro de ser el verdugo que nos tiene prisioneros, y lo que es mejor, podemos dejar de sentirnos prisioneros.
Esa situación es altamente estresante. Creer que lo que es de una forma tiene que ser de otra forma inamoviblemente, sobre todo cuando se trata de querer cambiar el comportamiento del otro, es algo enloquecedor.
Hace mucho tiempo me pediste ayuda y prometí ayudarte, y lo hice como pude desde el lugar en el que me encontraba. Hoy te pido ayuda yo a vos, ayudame a volver a ese lugar mágico donde todo es posible y donde solo se trata de disfrutar.
técnica de los espejos, que explica que lo que el otro me muestra está en mí, y lo que sabía sobre la ley de atracción, ya había comprendido que estas personas solo estaban mostrándome lo que yo misma pensaba de mí.
Así empecé a ver en la gente de mi alrededor como un indicador que me mostraba cómo me estaba sintiendo conmigo misma, en lugar de verlos como los causantes de mi sufrimiento y los responsables de que yo no pudiera usar la ropa que me gustaba, como pensaba antiguamente cuando formé el cascarón para protegerme. Comenzaba a comprender que no había nada de qué protegerme más que de mis propias opiniones acerca de mi cuerpo, el juicio y el rechazo que yo misma sentía hacia él.