Kindle Notes & Highlights
tomas una decisión lo importante no es a lo que estás diciendo que sí, es a todo lo que estás diciendo que no. Lo que eliges es a lo que renuncias”.
Con catorce años decidí que era ateo. Ese pensamiento se desencadenó al leer ‘San Manuel Bueno, Mártir’, de Miguel de Unamuno, por recomendación de un amigo.
Siempre he creído que en un niño influyen más sus amigos que sus padres. Los padres pueden contribuir a que te sientas más a gusto con un determinado tipo de personas, pero una vez que escoges a tus amigos vas a hacer lo mismo
en mi colegio había tres grupos de alumnos: los empollones, los normales y los ricachones macarras que eran muy conflictivos. Esos eran tipos mucho más peligrosos que el tío más chungo que te puedas encontrar hoy en cualquier barrio de Madrid. Eran violentos y robaban, aunque sus padres estuvieran forrados.
Han nacido sin los recursos necesarios para manipular a través de la publicidad y eso les ha obligado a actuar de una determinada forma más eficaz.
Allí el cliente era Dios, aunque lo era a costa del proveedor, algo con lo que no estoy de acuerdo.
De todos modos, cuando haces las cosas sencillas trabajas mucho menos que cuando las haces complicadas.
Desde entonces, si tenía que hacer algo me levantaba a las cuatro de la mañana, no me veían y trabajaba muy bien a esas horas. En dos horas rindes lo que en una semana y la creatividad se te dispara porque estás muy concentrado.
Las frases “esto nunca se ha hecho así” o “esto siempre se ha hecho así” son las dos frases más terribles y desacertadas que pueden existir en los negocios.
“no hagas nada que no puedas explicar y todo lo que hagas tienes que poder explicarlo”.
Y esto hace que -visto desde el punto de vista que se vea, tanto empresarial como ético- actuar de forma coherente siempre sea rentable.
Si entiendes cómo funciona la cabeza de un tío, haz algo que provoque en su cabeza el equivalente a diez horas de argumentación y explicación tecnológica.
el viaje no forma parte de las vacaciones, al menos si vas en avión.
Creo que el éxito no está en hacer mucho dinero, sino en conseguir hacer cosas que otros no pueden lograr con dinero.
Cualquier persona buena y con principios es capaz de hacer casi cualquier trabajo que se proponga en casi cualquier posición.
el respeto suficiente para decirte la verdad.
las cosas hay que decirlas a la cara porque eso solo lo hace quien te quiere de verdad y está en tu equipo. Decir que todo es maravilloso sale gratis y es, por supuesto, lo que harías con alguien a quien tienes miedo o a quien no respetas.
Las cosas que se hacen bien no es necesario contarlas salvo que busques otra cosa y uses ese bien como medio para conseguirlas.