No necesitas convertirte en un ideal imposible. No necesitas volverte dulce y simpática. Puedes mostrarles a todos esa mirada de «mataré a mis enemigos», que es mi favorita, por cierto. Puedes conservar esa agudeza que tanto me gusta, ese atrevimiento y esa audacia. No quiero que pierdas esa parte de ti que te define.

