La «sostenibilidad» por sí sola no basta para revisar fundamentalmente nuestra relación con la Tierra. Lo que se necesita es una concepción distinta del todo de la Tierra y de la materia. En su libro Vibrant Matter, la filósofa estadounidense Jane Bennett parte de la base de que «la imagen de una materia muerta o completamente instrumentalizada alimenta la hybris humana y nuestras fantasías de conquista y consumo que destruyen la Tierra».[163] La ecología debe ir precedida de una nueva ontología de la materia que la experimente como algo vivo.