Un profesor de la universidad de Salamanca redactó el llamado requerimiento, que debía leerse en voz alta para exigir sumisión a los indígenas. El requerimiento les informaba de que el Papa, vicario de Dios en la Tierra, había donado aquellas tierras a los reyes de Castilla por lo que tenían dos trabajos por delante: el primero convertirse al cristianismo, el segundo someterse a la autoridad del rey.