Los besos

by Manuel Vilas

Cuando salimos de nosotros mismos y vamos al encuentro del otro lo hacemos envueltos en una alegría y una ilusión que justifican la vida, el sentido de la vida.

Cuarenta y cinco años es una edad importante, porque en esa edad ya sabes que el amor pleno entre un hombre y una mujer es una de las cosas más imposibles que hay en la vida. La gente debería pensar más en eso, en esa imposibilidad del amor absoluto entre un hombre y una mujer, o entre un hombre y un hombre, o entre una mujer y una mujer, y sin embargo la búsqueda de ese amor no cesa nunca. Es la gran aventura de la existencia, la única aventura que tiene sentido.

el amor siempre deja rastros de belleza allí donde ha estado, deja manchas, quemaduras, huellas.

luces intensas en el camino de la vida, esas luces cegadoras tras de las cuales está otro ser humano esperándote en un acto de eternidad consentida por la muerte. Eso son los besos.

Si miras la mano de una mujer, y la mujer mira cómo miras su mano, al final los dos, hombre y mujer, acaban viendo soledad y abismo.

Entonces la vida acaba siendo un desfile de fingimientos razonables, fingimientos necesarios para no experimentar el horror del vacío absoluto.