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January 18 - February 8, 2024
las cosas que han ocurrido no se pueden cambiar. No existe un conjuro que pueda deshacer el pasado. Ocurrió y permanecerá.
Nadie debería ser responsable de cumplir los sueños de otra persona. Es imposible estar a la altura de unas expectativas que se alimentan de ilusiones y deseos nacidos del propio fracaso.
No tuve el valor y las palabras murieron en mi boca.
Es dura contigo porque la criaron de ese modo. Si hubieras conocido a su madre, la entenderías.
Solo que no todo podía arreglarse, y menos las personas. Un espíritu quebrado no se compone de trozos que se puedan pegar.
Es un trozo de hielo bajo el sol. Desaparece y no hay modo de recuperarlo.
El mundo continuaba moviéndose. El tiempo avanzaba inexorable.
mis problemas y yo no éramos más que un punto invisible.
La felicidad no depende de lo que nos pueda pasar, sino de cómo percibimos aquello que nos ocurre.
Siempre hay un primer paso. Ese que nos pone en camino y marca todos los que vendrán después. El que se convierte en brújula y nos señala una dirección.
Porque así es la vida, aleatoria, impredecible, imposible de planificar. Y no dejas de vivirla hasta el día que mueres, porque ese es su verdadero destino. Su fin.
si ves una señal, no pases de largo y síguela. Porque, una vez que la dejas atrás, nunca vuelve.
las casualidades no existen y que todo pasa por algo. Son hilos que lanza el destino para guiarnos hasta él.
La vida real se compone de historias, unas entrelazadas con otras, y el mundo es el escenario. Así de sencillo, y así de complicado.
En ese momento no lo sabes. Nunca lo sabes. Nadie reconoce el instante que va a cambiar su vida para siempre. Solo es uno más, que llega, pasa y todo sigue como si nada. Sin embargo, ha ocurrido. Algo ha cambiado y ya no hay vuelta atrás.
pero cuando alguien a quien quieres te hace daño, lo normal es sufrir. Es inevitable.
No pienses y permite que las cosas sucedan.
Lo importante es crecer rodeados de amor, porque eso es lo único que de verdad necesitamos. Sentirnos arropados, protegidos y queridos.
Pensar que está rota es demasiado tajante, porque no todo lo roto puede arreglarse. Prefiero decir que está incompleta, que ha perdido una parte. Una parte que, si no se encuentra, puede reemplazarse por otra que se ajuste incluso mucho mejor.
Con él aprendí que las palabras dicen una cosa, lo que pensamos que es correcto, pero es lo que grita nuestro cuerpo lo que importa. El cuerpo no sabe fingir, refleja los deseos. Se estremece con los impulsos. Tiembla con las sensaciones.
Eso es atracción, que no debe confundirse con amor. El amor germina y crece. La atracción te explota en la cara y te sacude.
¿De qué sirve quedarse atascado en algo que no podrá ser?
debes aprender que no se puede vivir buscando la aceptación de los demás
Dicen que el pasado está hecho de recuerdos y que el futuro nace de los sueños —susurró él de repente—. Lo que ya ha ocurrido no se puede cambiar y lamentarse por ello es una pérdida de tiempo. Y quién sabe lo que está por venir. Nadie, te lo aseguro.
El presente se compone de instantes, Maya. —Su mirada se cruzó con la mía y me tomó de la mano—. Céntrate en los momentos, en las pequeñas cosas de cada día, y vívelas con el corazón. Sueña con el mañana y no te escondas del pasado. Porque estamos hechos de recuerdos, mia cara. Es lo que somos.
me enfrenté al pasado con los ojos abiertos. Sin culpa ni remordimientos que ya no tenían cabida.
Todo el mundo se merece un lugar en el que encajar, ¿verdad? Personas en las que confiar, a quienes contarles nuestros miedos y esperanzas. Todos nos merecemos alguien que nos mire a los ojos y nos diga que somos buenos. Que importamos.
el amor que duele, el que daña, no es amor.
No había asumido las consecuencias de mis decisiones, y es que las personas sufren por las cosas que decimos, pero también por las que callamos.
Sin embargo, comenzar desde cero cuando las heridas aún escuecen y las palabras queman, cuando los errores pesan y la confianza no es más que un conjunto de sílabas, es peligroso.
No sigas a nadie, y menos a un hombre. Si vuestro camino es el mismo, adelante, hazlo con él. Pero si no es así, por mucho que te duela, busca tu propio rumbo.
Porque todo depende, dentro de esa constante. Las personas entran y salen de nuestras vidas. Nosotros llegamos y salimos de las suyas. Y sea como sea, la vida sigue. No se detiene. No se rompe. Simplemente, marca otro ritmo. Va en otra dirección.
Sin embargo, lo único que de verdad olvidamos es que solo tenemos una vida. Una sola, y dejamos que transcurra sin hacer nada salvo querer y desear, como si nuestro pensamiento fuese una varita mágica, capaz de solucionarlo todo mientras permanecemos de brazos cruzados.
la mayoría de las cosas importantes hay que crearlas.
Todo parece cambiar cuando tú cambias. Esa es la verdad. Y una vez que comienzas ese tránsito, no te detienes hasta definir quién eres.
El culpable es el que te daña, pero el que se queda mirando mientras te lastiman también es responsable. Sobre todo, si su actitud perpetúa una situación y la convierte en costumbre, si deja que el tiempo normalice las conductas.
Ser familia no es una garantía de amor incondicional.
Las cosas parecen enormes en el instante en que las vives, pero con el paso del tiempo, casi sin darte cuenta, se van haciendo más y más pequeñas. Se desdibujan, se difuminan y hasta se desvanecen en el olvido.
Porque conocerte a ti mismo puede ocuparte toda la vida. Porque hay viajes que solo te llevan hacia dentro, y nuestro interior, a veces, tiene el tamaño del universo.
Aquel día me di cuenta de algo: estamos acostumbrados a ver solo un lado de las cosas y nos comportamos como si esa pequeña parte de lo que sabemos y percibimos fuese un todo absoluto. Mi verdad, mi razón. Así de sencillo. Sin embargo, no es tan simple. Olvidamos que cada persona ve su lado particular de las cosas, su pequeño fragmento que también confunde con el todo. Su verdad, su razón.
¿Cómo se perdona? Depende. No hay una fórmula concreta. Hay quien nunca lo hará, quien tarda una vida y quien solo necesita un instante. Lo importante es perdonar de verdad, sin condiciones ni expectativas, sin pretensiones. Perdonar solo por ti, porque tú lo necesitas para continuar. El perdón no es un favor que se concede, es un privilegio que te permites. Una libertad que no anulará el sufrimiento, ese se quedará en tu interior y siempre formará parte de ti porque no se puede borrar el pasado. Pero que cerrará las heridas y las transformará en cicatrices.
Tenemos la absurda creencia de que es la unión con otra persona la que nos completa, pero nadie está en este mundo para colmarnos y hacernos felices. Es una responsabilidad demasiado grande con la que no deberíamos cargar.
El amor no lo justifica todo y querer no siempre es suficiente. No basta para que dos personas puedan estar juntas. A veces, amar de verdad es dejar ir a la otra persona antes de hacerle más daño. Amar es poner distancia y elegirte a ti mismo por encima de todo lo demás.
Él decidió, eligió y actuó en consecuencia.
Es un hombre adulto que debería ser capaz de enfrentar y cortar esa situación. Tendría que defender su independencia y vivir su vida sin el permiso de nadie. Ni siquiera lo ha intentado.
Dicen que el tiempo pone cada cosa en su lugar. Ojalá nos colocara juntos.
La libertad es un derecho y nadie debería condicionarla. Porque quien quiere volver vuelve. Quien quiere quedarse se queda. Te busca. Te encuentra. Y no te suelta.
La familia no es sangre, es un sentimiento. Una emoción cálida que te arropa y te envuelve.
Hay gente que cree que somos las circunstancias que nos encontramos en la vida. Otros piensan que somos las decisiones que tomamos cada día. Yo no sé lo que soy, si un cúmulo de circunstancias o un puñado de decisiones. Quizá un conjunto de ambas. O ninguna.
Giulio decía que el pasado está hecho de recuerdos, el presente se compone de instantes y el futuro nace de los sueños. Pues eso soy: recuerdos, instantes y sueños.

