Observa tu respiración. Entra. Pausa. Sale. Pausa. Entra. Pausa. Sale. Pausa. Dos respiraciones de este modo. Observa, y sonríe. Hazlo entre cinco y diez veces al día. Y observa, por encima de todo, dónde divaga tu atención durante esas dos respiraciones, porque lo hará; es normal. Cuando notes que tu mente divaga, sonríe a esos otros pensamientos, déjalos ir y vuelve a centrar con suavidad tu atención donde quieres que esté.