¿Dónde se han ido las flores de esos veranos, caídos, uno tras otro? Así todos los miembros de mi familia partieron, cada uno a su tiempo, hacia la tierra de los espíritus. Yo estoy ahora en la cima de la colina, y tendré también que bajar hacia el valle; y cuando Uncas siga mis pasos, ya no quedará ninguno de la sangre de los sagamores, ya que mi hijo es el último mohicano.