El acompañante exhibe las cualidades propias del juguete favorito. Nadie en su sano juicio elegiría, si pudiera evitarlo conscientemente, una muñeca que no parara de hablar de la educación progresista y exigiera la participación del otro en las tareas del hogar, y es precisamente la capacidad para evitar esto lo que distingue a los hombres de los juguetes.

