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Kindle Notes & Highlights
En este mundo hay cosas que entendemos de inmediato y cosas que nos lleva tiempo comprender.
Cuando pasas por momentos difíciles, cuando has perdido toda la confianza y parece que el mundo está sumido en la oscuridad, el Té te enseña, sobre todo, una cosa: vive en el presente con un ojo puesto en el futuro.
Mientras lo hayas decidido por ti misma, está bien. Ahora debes vivir de modo que puedas alegrarte de haber tomado esa decisión.
«No hay que menospreciar las cosas, hay que empezar de cero cuando vas a aprender…»
Aprender significa abrirse ante otra persona, aceptar que no sabes nada.
El orgullo inútil es un peso innecesario. Hay que dejarlo de lado y vaciarse. Si no, no hay espacio para que entre nada.
No estaba permitido aferrarse al pasado. —Venga, tienes que seguir adelante. Preocúpate por lo que tienes ante ti. Debes centrar tus sentimientos en el ahora.
Y entonces caí en que aquel aguacero sonaba diferente a las lluvias de otoño. La lluvia de noviembre tenía un aire desolado y melancólico cuando se filtraba en la tierra. Pero ¿por qué? La lluvia era lluvia, ¿no? «¡Ah! Es porque las hojas están muertas… El sonido de la lluvia de junio es el sonido de las hojas tiernas repeliendo las gotas de agua. ¡Al escuchar la lluvia, puedes saber qué edad tienen las hojas!» (Ploc, ploc, ploc, ploc.) (Plic, plac, plic, plac.)
Me sentía como si fuera la única cuya vida no había empezado de verdad. El cronómetro seguía avanzando, pero yo ni siquiera era capaz de encontrar la línea de salida. El suelo bajo mis pies parecía inestable, como si fuera por la vida con patines. Era presa de una necesidad exasperante de hacer algo, como alguien que va en un tren en marcha y está tan impaciente por llegar a su destino que no puede quedarse sentado y salta por la ventana para ir corriendo.
«Cuando llegue la primavera, hará más calor. El sol brillará con más fuerza. Puede que entonces me sienta mejor.»
Mis emociones eran un reflejo de las estaciones. Una y otra vez, justo cuando conseguía avanzar con dificultad hacia días mejores, el viento cambiaba y me dejaba fuera de combate.
Las flores nunca me habían emocionado tanto como lo hicieron aquella primavera.
Cada ráfaga de viento levantaba una ventisca de pétalos de color rosa pálido que se arremolinaban. Yo estaba tan feliz que rompía a reír cuando nos caía un chaparrón de pétalos encima. Y cada vez que me reía, me caían las lágrimas como la lluvia. No creía que los días como aquel fueran a volver.
«La gente se vuelve mejor en lo que más le gusta».
«Me he pasado trece años de mi vida haciendo algo para lo que ni siquiera estoy hecha. ¡Qué idiota!»
«Qué feliz soy ahora mismo.»
«Eso es. No importa no ser considerada por naturaleza. No pasa nada por tener más experiencia y que no puedan confiar en mí para ciertas cosas. No me compararé con nadie más. Lo único que tengo que hacer es seguir el Camino del Té a mi propio ritmo.»
última vez que habíamos comido todos juntos en familia. «¿Cuándo fue?» Intentaba desesperadamente hacer retroceder las agujas del reloj. Deseaba poder volver al pasado. Y sabía que no podía. Nunca volveríamos a estar los cuatro juntos como una familia, algo que, en el pasado, me había parecido tan trivial, tan banal… Nunca: esa palabra fría como el hielo me dejó congelada por la pena.
Siempre habrá un día después del cual ya no nos volveremos a ver.
Hay ciertas cosas para las que no puedes prepararte aunque sepas que van a pasar. Al final, no puedes evitar sentirte triste, no puedes evitar que esas emociones desconocidas te cojan desprevenido. Solo entonces te das cuenta de lo que has perdido.
Nunca puedes prepararte para lo peor y, cuando pasa, lo único que puedes hacer es esperar mientras, poco a poco, te acostumbras a la pena.
Por eso creo muy firmemente que si quieres ver a alguien, tienes que hacerlo. Si quieres a alguien, tienes que decírselo. Cuando las flores se abran, celébralo. Cuando te enamores, entrégate. Cuando estés alegre, compártelo con los demás. Cuando encuentres la felicidad, recíbela con los brazos abiertos y saboréala de verdad. Puede que eso sea todo lo que podamos hacer. Si hay alguien que es especial para ti, deberías aprovechar cada oportunidad que tengas de comer con esa persona, vivir la vida con esa persona, disfrutar de su compañía. Resulta que ese es el significado de ichi-go ichi-e.
Tenemos que olvidar para poder recordar otra vez.
Yo no había escuchado nunca la lluvia tan atentamente. Me sentía como si me estuviera adentrando en una jungla de sonido torrencial. El corazón me latía con fuerza. Era algo puro y terrorífico, pero quería seguir así, profundizar más.
«Cuando llueva, escucha la lluvia. Tienes que estar aquí en cuerpo y alma. Usa los cinco sentidos y entrégate a saborear el presente. Si lo haces, lo entenderás. El camino a la libertad siempre está aquí, ahora.»
Nos atormentamos constantemente con arrepentimientos sobre el pasado y preocupaciones por el futuro que aún no ha llegado, pero nunca podemos volver a los días que ya se han ido ni anticiparnos a las cosas que están por venir, por mucho miedo que tengamos.
No podremos sentirnos en paz en nuestras vidas mientras estemos pensando en el pasado o el futuro. Solo hay un camino: saborear el ahora. Solo cuando nos olvidamos del pasado y el futuro y nos sumergimos en el momento presente nos damos cuenta de que estam...
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Cuando llueva, escuchad la lluvia. Cuando nieve, observad la nieve. Disfrutad del calor del verano y del frío cortante en invierno. Gozad de cada día al máximo, os traiga lo que os traiga.
Cuando llueve, decimos que hace mal tiempo, pero, en realidad, el mal tiempo no existe. Si puedes apreciar incluso la lluvia, cada día se convierte en un buen día.
«Abre los ojos, nuestras vidas son un torrente de oportunidades perfectas para descubrir lo que podemos disfrutar cada día, sin importar lo que nos traiga. Exactamente como parece que acabas de hacer ahora».
«¡Tengo que recordar cómo me siento ahora cada día de mi vida!».
El Té consistía en experimentar físicamente la estética y la filosofía del modo de vida tradicional japonés, en el que se da mucha importancia a vivir en armonía con las estaciones conforme van pasando.
Hay que fijarse en las cosas, hay que cuidar el crecimiento personal a lo largo de toda la vida. En otras palabras, estudiar significa «cultivar el yo».
Sé que repetimos los mismos acontecimientos un año tras otro, pero hace poco he sido capaz de valorar algo: la felicidad de poder hacer lo mismo todos los años.
Siempre le poníamos punto y final al año con el tazón de té del animal del Zodiaco y un rollo que decía: «Mazu konnen buji medetaku senshuraku», «Disfruta de haber llegado a salvo al final de otro año».
«La vida tiene sus altibajos, pero ten paciencia; no tengas prisa. Tómate tu tiempo mientras forjas tu carácter. La vida es vivir cada momento con un ojo puesto en el futuro».

