Jenny Forero

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Entendió las razones por las cuales los muertos tienen que ser enterrados o incinerados en un intento por ocultar sus despojos de la vista de los que quedan vivos. Para evitar que el recuerdo de la corrupción de la carne se aloje de forma definitiva en las pupilas y el hedor en algún lugar de la nariz.
Donde cantan las ballenas
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