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El pesimista de verdad sabe que ya es demasiado tarde para serlo.
«Nunca he sabido en qué cambiaría el mundo si yo no hubiera existido, ni hacia qué confines lo habría desplazado si hubiera existido con mayor intensidad, y no se me ocurre de qué modo mi desaparición podría alterar su movimiento.
¿Por qué los gatos no dejan vivir a los ratones que capturan? Ella no estaba preparada para semejante invasión; habría preferido menos imperativos, un compromiso más lento y más sereno. La asusta la ansiedad de sus manos de hombre, cuya avidez agobiante impide que nazca su propio deseo. André no quiere entenderlo, y esa fragilidad que tan bien ocultaba se hace tangible, y no, ella no tiene ganas de consolarlo, no, no tiene por qué plegarse a su tiránico apetito, no tiene por qué satisfacer su narcisismo lastimado, ni siquiera por respeto a las canas, ni tiene por qué aguantar esa mirada de
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No ha sido ella quien lo ha utilizado, ha sido él y solo él quien no ha sabido estar a la altura de sus respectivas esperanzas.
«La esperanza nos hace aguardar en el rellano de la felicidad. Al obtener lo que esperábamos, nos adentramos en la antesala de la infelicidad».
cuando se agotan las pilas del mando a distancia, siempre apretamos más fuerte. Es humano.
El arquitecto hace una lista de aquello que la joven, con su actitud, ha ido minando en él, y concluye que todo se reduce a una cuestión de piel. Desde que ve la muerte en el horizonte, es decir, desde hace bastante tiempo, sitúa el deseo en el centro de lo que para él es el amor. A todas luces, Lucie lo situaba en la periferia.
André empieza a asumirlo: a fin de cuentas, echar de menos a una mujer que te ha dejado será siempre menos doloroso que desear sin tregua a la que duerme a tu lado, en una penumbra indiferente y tibia, a años luz de distancia.
Un profesor sin teorías es como un perro sin pulgas.
A lo mejor la vida empieza cuando sabemos que no existe.
una sudadera con capucha y el logo de la Casa Blanca. El presidente ha insistido en dedicársela personalmente. Adrian no ha tenido tiempo de decir ni pío cuando el jefe de protocolo añade, impasible: —No se preocupe, profesor. Le hemos dado un rotulador de tinta al agua, se irá con el primer lavado.
Un proverbio hindú dice que los que mendigan en silencio mueren de hambre en silencio.
Mientras la religión da una respuesta doctrinal y falsa, la filosofía ofrece una respuesta abstracta e inexacta.
