Las personas que yo veo con cánceres y este tipo de enfermedades tienen dificultades para decir que no y expresar ira. Tienden a reprimir su ira o, en el mejor de los casos, a expresarla sarcásticamente, pero nunca de manera directa. Todo proviene de una necesidad temprana de construir una relación con el progenitor, de trabajar sobre la relación.