Las pacientes de cáncer de mama afirman a menudo que sus médicos no muestran un interés activo por ellas como individuos ni como miembros del contexto social y emocional en el que viven. Dan por hecho que esos factores no juegan un papel significativo ni en los orígenes ni en el tratamiento de las enfermedades, y esa actitud se ve reforzada por investigaciones psicológicas concebidas de manera reduccionista.