«Evidentemente, tengo problemas para afrontar la primera pregunta que se hacen todas las personas que han tenido cáncer que he conocido: “¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Por qué yo?”. ¿Hice algo mal? Lo repasé todo una y otra vez. Yo no era la que se suponía que iba a tener cáncer de mama. Di de mamar a mis hijos hasta los veintiún meses. Fumé un poco, solo de joven. No bebía demasiado. Hacía ejercicio. Controlaba las grasas en mi dieta. Esto no tenía que pasarme a mí».