El amor parental no es meramente una agradable experiencia emocional, sino una condición biológica esencial para un desarrollo fisiológico y psicológico sano. El amor y atención parentales guían la maduración óptima del cableado cerebral, del sistema PNIE y del eje HHA. El cerebro del humano recién nacido es más pequeño y menos maduro, en relación con el cerebro adulto, que el de cualquier otro mamífero.