descargas del sistema nervioso, la producción de hormonas y los cambios inmunitarios constituyen las reacciones de lucha o huida que nos ayudan a sobrevivir a peligros inmediatos. Estas respuestas biológicas se adaptan a los momentos de emergencia para los que fueron diseñadas por la naturaleza. Sin embargo, esas mismas respuestas, desencadenadas de manera crónica y sin resolución, producen daños que pueden llegar a ser permanentes.