La experiencia del estrés tiene tres componentes. El primero es el acontecimiento físico o emocional que el organismo interpreta como una amenaza. Se trata del estímulo del estrés, también llamado estresor. El segundo elemento es el sistema de procesamiento que experimenta e interpreta el significado del estresor. En el caso de los seres humanos, se trata del sistema nervioso; en particular, el cerebro. El componente final es la respuesta al estrés, que consiste en los varios ajustes fisiológicos y de comportamiento adoptados como reacción a la amenaza percibida.