También podemos lanzar al mercado el mensaje de que la gente quiere alternativas neutras en carbono y está dispuesta a asumir un mayor coste por ello. Cuando pagamos más por un coche, una bomba de calor o una hamburguesa vegetal, estamos diciendo: «Existe un mercado para este producto. Nosotros lo compraremos». Si suficientes personas envían el mismo mensaje, las empresas responderán, y con bastante rapidez, según mi experiencia. Invertirán más dinero y tiempo en la fabricación de productos bajos en emisiones, lo que contribuirá a que se consuman en mayor número.