querían saber todo, absolutamente todo, de China y de Mao y de la Revolución Cultural, y querían saber si el proletariado era tan feliz como se decía, y si era tan heroico. «¿Es verdad?», le decían. «¿Es verdad que están rompiendo con el pasado feudal, con miles de años de historia? ¿Es verdad que eso se puede?»

