Bea Recalde

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Estaba preciosa. Mara siempre estaba preciosa. Menos cuando se ponía el disfraz de mujer respetable y tradicional, algo que nunca le sentó bien. Una careta a juego con un traje de chaqueta y un peinado conservador, una casa con jardín en las afueras y un novio (por simpático
Asuntos de muertos
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