More on this book
Kindle Notes & Highlights
Tampoco sé a qué venía ese placer inmenso de sentirme traicionada. Además, ¿por qué iba a ser una traición que él amase a otra persona? Y si no era traición, ¿a qué tanto drama con lo del «corazón roto»?
Tampoco sé cuántas veces me masturbé fantaseando con la idea de que ya no era el centro de los deseos de mi compañero. Fantaseando con que esa intermitencia que supuestamente «me hacía daño» también podía volverme de una vez libre, voluptuosa.
Desocupar un espacio de su deseo me volvía vulnerable, y al mismo tiempo esa vulnerabilidad me despejaba nuevos terrenos.
los celos en el matrimonio y del arquetipo de la «mujer despechada» ante una infidelidad, la psicoanalista búlgara responde que sentirse traicionada implica una nula confianza en nosotras mismas. Que el sentimiento de traición, de «corazón roto», demuestra un narcisismo «tan susceptible que el menor signo de afirmación de la individualidad del otro se vive de un modo desgarrador».






