El corazón me late desbocado y me pregunto qué diablos se ha propuesto en el momento en que me atrae un poco más cerca de él. Su pecho roza el mío y aprieta brevemente mi mano antes de soltarla y empezar a moverse al ritmo de la música. James Beaufort se planta ante mí. Desciende sonriente la vista para mirarme y comienza a hacer círculos con las caderas.

