En el esfuerzo cotidiano en que la inteligencia y la pasión se mezclan y arrebatan, el hombre absurdo descubre una disciplina que será lo esencial de sus fuerzas. La aplicación que se necesita, la obstinación y la clarividencia coinciden así con la actitud conquistadora. Crear es también dar una forma al destino. Para todos estos personajes su obra los define por lo menos tanto como ellos la definen.