Así que no pude ver al caballero». El fiscal le preguntó si al menos me había visto llorar. Pérez contestó que no. Entonces fue al fiscal a quien le tocó decir: «Los miembros del jurado tomarán buena nota». Pero mi abogado se enfadó. Le preguntó a Pérez, con un tono que me pareció exagerado, «si había visto que no llorase». Pérez dijo: «No». El público se rio. Y mi abogado, remangándose de un lado, dijo con acento perentorio: «¡Esta es la imagen de este juicio. ¡Todo es verdad y nada es verdad!».