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Kindle Notes & Highlights
En todas las teorías psicoanalíticas sobre crianza de los hijos, se hace hincapié en «dejar que el niño se vaya», en su propio beneficio. Pero la madre necesita dejar que se vaya tanto por él como por ella misma.
La antigua y constante envidia, el temor y hasta el terror del hombre a la capacidad de la mujer de crear la vida, se ha transformado repetidamente en odio a cualquier otro aspecto creativo de la mujer.
Tendrías que tener otro hijo pronto, para que Rebecca tenga alguien con quien jugar y tú pases esta etapa cuanto antes. Este consejo no viene del recuerdo que una guarda de su propia experiencia. Viene del bote de malos consejos similares que las mujeres han ido acumulando a lo largo de milenios para sentirse menos idiotas por tener más de un hijo.
Me asombraba que ella pudiera existir y yo leer un libro al mismo tiempo.
Para las mujeres artistas, la verdad más obvia es que la decisión de tener hijos es irrevocable. Cuando ya la has tomado, estás pillada para siempre; la vida ya no será nunca igual, cuando te has puesto, como dice con acierto Simone de Beauvoir, al servicio de la especie. Ya no te perteneces. Se acaba el tiempo, la energía, el cuerpo, el espíritu y la libertad. No obstante, no te falta aquello por lo que rezó W. B. Yeats: una vida interesante.
Ambivalencia
De hecho, todo esto, como toda la historia de «Jo la Escritora», es muy próximo a la historia misma de Louisa May Alcott, con una gran diferencia. Jo se casa y tiene hijos; Alcott, no.
«Que las mujeres deberían tener niños en lugar de escribir libros es la opinión de la civilización occidental. Que las mujeres deberían hacer libros en lugar de niños es una variación del mismo tema»
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