REB

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Durante sus últimos cuatro años de vida, marcados por la demencia senil, mi padre me enseñó una lección sobre la vulnerabilidad y el amor, quizá la más profunda que haya aprendido yo jamás. Nos reuníamos en aquel lugar que está más allá de los pensamientos, más allá de la mente, donde solo reside el amor más profundo.
Este dolor no es mío
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