«El valor de la empresa es la obsesión por el cliente frente a la obsesión por la competencia —señaló—. La ventaja de centrarse en el cliente es que los clientes nunca están satisfechos. Siempre quieren más, de modo que te llevan al límite. Sin embargo, si estás obsesionado con la competencia y lideras el mercado, puede que cuando mires a tu alrededor y veas a tus competidores correr detrás de ti sientas la tentación de aflojar la marcha».