Los padres dicen a menudo que darían la vida por sus hijos. En el grupo de luto oí a varios padres expresar el deseo de cambiarse por sus hijos fallecidos, de morir para que sus hijos pudieran vivir. Después de la guerra, yo me sentía igual. Habría muerto de buena gana para resucitar a mis padres y abuelos. Pero ahora sé que, en lugar de morir por los muertos, puedo vivir por ellos. Y vivir por mis hijos, nietos y bisnietos..., por todos mis seres queridos que aún están aquí. Si no podemos superar la culpa y hacer las paces con nuestro dolor, estamos perjudicando a nuestros allegados, no
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