Ledda Danae Danae

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Aunque probablemente nuestras vidas hayan sido muy diferentes, quizás sepáis a lo que me refiero. Muchos nos sentimos atrapados en nuestra mente. Nuestros pensamientos y creencias determinan —y a veces limitan— cómo nos sentimos, qué hacemos y qué consideramos posible. En mi trabajo he descubierto que, aunque las creencias que nos encorsetan aparecen y nos afectan de formas únicas, hay algunas cárceles mentales comunes que contribuyen al sufrimiento.
En Auschwitz no había Prozac: 12 consejos de una superviviente para curar tus heridas y vivir en libertad
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