No cambiamos hasta que estamos listos. A veces es un suceso funesto —tal vez un divorcio, un accidente, una enfermedad o una muerte— el que nos obliga a hacer frente a lo que no funciona e intentar otra cosa. A veces, el dolor que sentimos en nuestro fuero interno o la nostalgia frustrada se vuelven tan intensos e insistentes que somos incapaces de seguir ignorándolo un segundo más. Pero la preparación no viene de fuera, ni se puede acelerar o forzar. Una persona está preparada cuando lo está, cuando algo cambia dentro de ti y decides: «Hasta ahora he hecho esto. A partir de ahora, haré esto
...more