Lo contrario de la depresión es la expresión. Piensa en una conversación que hayas tenido recientemente con un amigo, una pareja, un colega o un familiar en la que te hayas reprimido y no hayas dicho lo que sentías. No es demasiado tarde para asumir tus sentimientos y decir la verdad. Cuéntale a esa persona que has estado reflexionando sobre vuestra conversación y que te gustaría continuar. Acordad un momento conveniente para hablar y di algo como «Sabes qué, en aquel momento no supe cómo expresarlo, pero me doy cuenta de que sentía ____ cuando ____».