trabajo con la certeza —compartida con mi estimado mentor, amigo y superviviente de Auschwitz, Victor Frankl— de que las peores experiencias pueden ser nuestras mejores maestras, abriendo la puerta a descubrimientos imprevistos y a nuevas posibilidades y perspectivas. La curación, la autorrealización y la libertad provienen de nuestra capacidad de elegir cómo responder a lo que nos depara la vida, para sacar un significado y ver un propósito en todo lo que vivimos (y especialmente en nuestro sufrimiento).