La actitud no lo es todo. No podemos eliminar los malos momentos o curarnos solo con pensarlo. Pero el modo en que invertimos nuestro tiempo y energía mental sí afecta a nuestra salud. Si nos resistimos y clamamos contra lo que estamos experimentando, nos alejaremos del crecimiento y la curación. En vez de eso, podemos reconocer esa cosa terrible que está sucediendo y encontrar la mejor manera de convivir con ella.