Era el hijo de Mamá que todavía vivía con sus padres a los veinticuatro años y los acompañaba en sus vacaciones. No estoy segura de que trabajara. Pero era mexicano y, ¡Dios!, esa música disco realmente me subió la cachondez, con el océano de fondo, las sombras de los peñascos y ese cielo azul intenso con el reflejo de la luna. Gloria Gaynor tenía tanta razón, I will survive.

