La antigua sala de madera en el juzgado de distrito del centro de Manhattan, donde se llevó a cabo la ceremonia de naturalización, era enorme y tenía capacidad para cientos de personas. Había gente de todas partes del mundo felices de que por fin habían llegado a este punto. Para algunos, el proceso pudo haber durado años. Yo tuve que renunciar a mi ciudadanía mexicana y devolver mi pasaporte mexicano en un acto de humildad y vergüenza porque en aquella época no se podía tener dos ciudadanías. Me sentí aliviada de haberlo hecho, pero no tenía idea de que mi ciudadanía algún día iba a cambiar
...more

