El consejo argumentaba que los estadounidenses de bajos ingresos se enfrentaban a una competencia cada vez mayor con los trabajadores indocumentados por los puestos de trabajo y que era probable que aumentara la presión sobre la asistencia social y otros servicios sociales. Pero al mismo tiempo, reconocían que “la deportación masiva de extranjeros ilegales es tanto inhumana como impráctica”, lo que llevó al consejo a concluir que las medidas preventivas para bloquear y desalentar a los inmigrantes indocumentados de entrar al país serían el procedimiento más eficaz.

