Este es el nombre que mi esposa, Kiku Adatto, nuestros hijos, Adam Adatto Sandel y Aaron Adatto Sandel, y yo dimos a la costumbre que tenemos de leer en voz alta borradores de pasajes y capítulos en nuestras reuniones familiares, en las que nos invitamos a formular y compartir comentarios críticos sobre nuestros respectivos proyectos. Su atención, asesoramiento y cariño mejoraron este libro y me mejoraron a mí.