Juan David Rodriguez

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No obstante, esta manera de asignar el acceso al aprendizaje socava la dignidad del trabajo y corrompe el bien común. La educación cívica puede desarrollarse muy bien en los community colleges, en los centros y entornos de formación laboral, y en las salas y locales de los sindicatos, igual o mejor que entre los muros de hiedra de los campus universitarios de élite. No hay razón para suponer que los aprendices de enfermería o de fontanería serán menos aptos para el arte de la argumentación y el debate democráticos que los aspirantes a ser consultores de gestión.
La tiranía del mérito
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