Pablo dice que ha aprendido esto porque el mayordomo, en principio, no sabe cómo vivir con contentamiento. A veces, Dios tiene que someternos a una serie de circunstancias para que aprendamos a estar contentos. De hecho, la falta de contentamiento puede ser un mal tanto en el pobre como en el rico. Aun con lo mucho que tienen algunas personas, viven descontentas. Esto nos muestra, como ya hemos dicho, que el problema no es de cantidad, sino de corazón.

