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De forma natural algunas personas presentan en sus cerebros unos niveles bajos de una sustancia química llamada serotonina, me dijo, y esto es lo que causa la depresión
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Todo aquello que provoca un aumento de la depresión causa a su vez un aumento de la ansiedad, y viceversa. Suben y bajan a la par.
científicas que lo respaldan han sido numerosas. Científicos como Irving Kirsch han mostrado los efectos notables de los placebos. No solo son capaces de cambiar cómo nos sentimos, sino que llegan a tener efectos físicos comprobados
[Cuando] nos enfrentamos a una persona que padece una aflicción extrema, [necesitamos] dejar de tratar sus síntomas. Los síntomas solo son mensajeros de un problema más profundo. Vayamos al problema más profundo».
Deseo subrayar que no estoy afirmando que se trate de las únicas causas de la depresión y la ansiedad. Habrá otras pendientes de ser descubiertas (o que no se habrán cruzado en el camino de mi investigación). Tampoco sostengo que el conjunto de las personas con depresión o ansiedad vayan a encontrarse con todos estos factores en sus vidas. Yo mismo, sin ir más lejos, experimenté solo algunos. Pero seguir este sendero iba a hacer que reconsiderara algunas de mis convicciones más profundas.
Otro 23 % se declara «activamente desinteresado».[78] Gallup define a este grupo como «no solo infeliz en el trabajo, sino que da muestras constantes de su infelicidad. Se dedican a diario a socavar los logros de sus compañeros implicados… Los trabajadores activamente desinteresados procuran dañar a la empresa en diferentes grados».
Si trabajabas en la Administración Pública y disfrutabas de un control alto sobre tu trabajo, tus probabilidades de caer en una depresión o de padecer una aflicción emocional severa se reducían drásticamente respecto a las personas que trabajaban por el mismo sueldo, con el mismo estatus y en la misma oficina, pero con un menor control sobre su trabajo.[84]
Descubrió que cuanto más escalabas en la Administración Pública, más amigos y vida social tenías fuera del trabajo. Cuanto más abajo te encontraras, más disminuían estos apartados: la gente con trabajos aburridos y poco cualificados solo deseaba repantingarse frente al televisor tan pronto llegaba a casa.
Soportar una enorme responsabilidad no supone la forma más nociva de estrés para las personas; lo es, me contó, tener que soportar «trabajo monótono, aburrido, desalentador; [con el que] mueren un poco cada día que acuden a su puesto porque no los interpela de ninguna manera».
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«desequilibrio entre los esfuerzos y las recompensas».[88] Lo mismo le pasaba a Joe en su tienda de pinturas. Sus esfuerzos pasaban desapercibidos. En una situación así, el mensaje que recibes del resto del mundo es que eres irrelevante. A nadie le importa lo que haces.
Una soledad profunda causaba tanto estrés como recibir un puñetazo de un desconocido.
John y a otros científicos constatar que vivir desconectado de la gente que te rodea tenía los mismos efectos en tu salud que padecer de obesidad, por entonces el mayor riesgo para la salud pública en el mundo desarrollado.[93]
De los cinco primeros años de datos recogidos y analizados hasta el momento, los resultados han mostrado que en la mayoría de los casos la soledad precede a los síntomas de depresión.
la soledad está causando una parte muy significativa de la depresión y la ansiedad que padece nuestra sociedad.
En cualquier lugar del mundo donde la gente afirme sentirse sola experimentará también, durante las horas del sueño, un grado mayor de algo llamado «microdespertares».
Merece la pena detenerse en esto un momento: hoy son mayoría los estadounidenses que carecen de amigos cercanos.
Los estudios de John apuntaban en otra dirección. Estos mostraban que sentirse solo era diferente del simple hecho de estar solo. De forma sorprendente, la sensación de soledad no estaba muy relacionada con el número de personas con las que hablaras a diario o semanalmente. Algunos de los sujetos de su investigación que se sentían más solos hablaban a diario con mucha gente.
Una relación unidireccional no cura la soledad. Solo las relaciones a dos o más bandas pueden hacerlo.
John concluyó que para acabar con la soledad necesitas percibir un sentido de «ayuda y protección mutuas» con al menos una persona e idealmente con muchas más.
El cómico Marc Maron escribió en una ocasión que «cada actualización de estado es apenas una variante de una única petición: ¿puede alguien hacerme caso, por favor?».
las redes sociales no pueden compensarnos psicológicamente por la pérdida de la vida social.
Durante miles de años, los filósofos han postulado que si valoras en exceso el dinero y las posesiones, que si lo más importante en tu vida es cómo te ven los demás, te estás granjeando la infelicidad, es decir, que los valores imperantes en Pinellas County y Edgware estaban equivocados de raíz.[116] Algunas de las mentes más brillantes que han existido habían debatido extensamente sobre el tema y, si bien Tim creía que podían llevar razón, nunca se había realizado una investigación científica para demostrarlo.
los materialistas eran más propensos a la depresión, pero dio con un resultado todavía más crucial. Todo apuntaba a que las personas materialistas lo pasaban peor, día tras día, en un amplio abanico de frentes. Se sentían más enfermos y más enojados. Tim comenzaba a pensar que «algo intrínseco al fuerte deseo por las metas materialistas afectaba a la vida diaria de los pacientes y reducía la calidad de su experiencia del día a día».
veintidós estudios diferentes encontraron que cuanto más materialista y extrínsecamente motivado te muestres, más deprimido vas a sentirte.
cuanto más materialistas nos volvemos, más se acortan nuestras relaciones y más empeora la calidad de las mismas.
individuos con un alto grado de materialismo, descubrió que experimentaban un número sensiblemente menor de estados fluidos.
Cuanto más convencido estés de que la vida consiste en conseguir cosas, sentirse superior y fardar, más infeliz, deprimido y ansioso te sentirás.
esta receta para la salud mental podía destilarse en cuatro palabras comprensibles de forma instintiva por todos los miembros de nuestra cultura: «Elige a tu jefe».
La alegría empática es un método encaminado a cultivar «lo opuesto a los celos y la envidia… No se trata más que de sentirse feliz por los demás».
No, tu aflicción no es una disfunción, le diría a mi yo más joven. Es una señal, una señal necesaria.