Quizá para Perséfone Hades era el tipo mayor increíblemente atractivo que sabía todo lo que ella ansiaba saber; quizá le encantaban la oscuridad, los seis meses de invierno, el sabor ácido de las granadas, el verse libre de su madre; quizá sabía que para estar verdaderamente viva también había que tener presente la muerte, y transitar el invierno.