Creemos que deberíamos poder encontrar el camino de vuelta siguiendo el rastro de los objetos que hemos ido dejando por el camino, como Hansel y Gretel en el bosque, que los objetos nos llevarán hacia atrás en el tiempo e iremos deshaciendo todas las pérdidas, por un sendero de objetos perdidos que empieza con los anteojos y termina con los juguetes y los dientes de leche. La realidad, en cambio, es que la mayoría de los objetos se encuentran en las constelaciones secretas del pasado irrecuperable y solo regresan en los sueños, donde lo único que está perdido es la persona que sueña.