Tratamos el deseo como si fuera un problema a resolver; nos centramos en aquello que deseamos y ponemos la atención en lo deseado y en cómo conseguirlo en lugar de en la naturaleza de ese deseo, su sensación, aun si a menudo es la distancia que existe entre nosotros y el objeto de deseo lo que llena el espacio entre ambos con el azul del anhelo.