El escritor y cineasta Sebastian Junger tenía veintinueve años cuando trabajaba como podador de árboles. Estaba en la copa de un pino cuando se lesionó la pierna con una motosierra, y a partir de ahí se le ocurrió la idea de escribir sobre trabajos peligrosos. Aún cojeaba cuando un barco pesquero de Gloucester, Massachusetts, cerca de donde él vivía, se perdió en el océano. La pesca comercial le dio la excusa que necesitaba, y así nació la película La tormenta perfecta. Junger siguió con el tema de los oficios peligrosos y luego dirigió el documental Restrepo. «Ese corte con la sierra fue lo
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