Todas estas son preguntas presentadas en el libro. Una vez más, respeto que el autor buscara ser obediente a Dios. Pero ¿para qué el Señor nos dio un cerebro y nos dijo tanto acerca de buscar la sabiduría si lo único que debemos hacer es pedirle que nos diga qué tenemos que hacer en un sinfín de pequeñas decisiones amorales?